E: ¡Uy, no!, de eso nada, de eso nada, a aprender mucho, de ustedes...
I2: ¿Y qué vais a aprender?E: Con las costumbres antiguas.
I1: No, no, me están preguntando costumbres del pueblo.E: ¡Uy, no!
I: Pues eso, por el mi[s]mo sitio tenís qu[e] ir, pa[ra] ir a Albarracín. Y a Albarracín o a Gea, es que subirís a un puerto, a cuatro kilométros ya verís si, ahí sí que se, está bien el, el, los endicadores ¡eh!, a cuatro kilométros. Y luego subís un puertecico que hay, y se tira pa[ra] Gea pero tam[b]ién está, vo[s]otros fijaros, a la que subís el puerto, ahora subís por áhi, y subís un puerto y ya allí vis a hace, que hace bajada, pues al poco ya se coge a, a la izquierda Albarracín. Y, y otro derecha a Gea de Albarracín. ¿Por Gea no habís pas-...? ¡Habrís pasa[d]o!
E: Sí, sí. Sí.
I: Si venís de Cella habís pasa[d]o por Gea. Pos buenos, por aquí [a]riba pero, vo[s]otros al subir el puerto uno que va a, a la izquierda, además está indica[d]o Albarracín, ya verís Albarracín.
E: ¿No nos podemos perder?
I: No, no, no, no, no sus perdís. Vo[s]otros agora la izquierda si la han arregla[d]o esa carretera ahora. Bueno no que, que es más alante... Pero no tiene pérdida, no. Y está la carretera bien. Ahora subís por áhi, a cuatro kilométros ya lo verís Albarracín, pues cogís la pista, y luego hay un puerto que se sube, un puertecico que hay que se sube, y ya un poco pa[ra] [a]bajo. Y ya está, está ta[r] cual la pista, la pista de Albarracín a mano izquierda. Y la otra que tira derecho a Gea, a Gea de Albarracín, pero cogís la, la de la izquierda, y Albarracín a parar.
E: Muy bien, pues muchas gracias que nos ha ayudado mucho.
I: Bueno, mira... yo no...
I: Pues la matanza antes... se mataba, ¡ay madre!...
E: No, no se preocupe, es que si... no, no...
I: Mira, yo hablo muy fuerte y te... sus lo digo de una vez... y, en Teruel, salí de un bar y había una chavala como vosotras, ¡con esto!... un día hablando con otro, y se conoce, ¡me cago en diez!, pues aquel... [RISAS]. Lo que se ridía aquella chavala con mí. Esto hace años, cuando estaba Suárez, o no, cuando la gente... dice... la mili, dice, tú dile la mili... y empecé a hablar y la muchacha una risa... [RISAS] digo que, pero que esto no va bien... contigo hasta Cabra... yo, no.
I: Conque ya no nos hicieron nada, ya, ya, ya fuimos pasando... Pero luego vino la siega, hija mía, y aún... nos dio guerra que no nos dejaban segar, que nos tiraban a nosotros... Pero, ya hubo una retirada y bajaban todos, se bajaban todos, de los... de los rojos, se bajaban todos ya, porque, porque se les atoraban los otros. Pero montaron ahí en ese peña que te digo yo, en una casa donde pasarís, y dice... mon-, montan allí una guardia, y ponen un tío allí gordo, que no dejó pasar ninguno... nos hacía volver pa[ra] arriba... Y que no nos dejaba se-, que no nos dejaba segar, que no nos dejaba segar. El año de antes segamos y se nos lo llevaron ya todo. Bueno, pues, pues ¿qué hacemos aquí? Conque ya viene aquel, el hombre aquel, que yo no lo conocía, y manda al, al asistente que tenía a que le plancharan un, un pantalón. Y había allí una joven, y la vio, dice, ¿tú sabrías planch-, planchar este pantalón?... ¿y me lo plancharías?. Sí, sí claro. Conque lo cogió y lo planchó así... así como... sin, sin sacar raya ni nada. Y, y era un pantalón bueno. Y yo que salgo a echarles a los animales, que no los había visto... ¿Ay, mire usté[d] lo que m[e] ha pasa[d]o, cómo presento yo esto. ¿Usted me lo plancharía?. Digo, Sí, traiga..., el traje, se lo planché. Digo, mire... y, era, era un tío gordo, gordo... Digo, ¡Ay Dios mío!, digo, aquí estamos, digo, mire que se nos está perdiendo to[da] la cosecha sin poder segar, que no nos dejan. Dice, calle..., calle que hay otros hombres, y era el que no nos dejaba, un cuñado d[e] él. Dice, a ver si, si segaban... pa[ra] llevar... a ver si les ponían camiones... trabajaban... pero ya, ya era pa[ra] ellos. Dice, y le dijo que no, que cada uno que se segara lo suyo, qu[e] el enemigo a quien tiraba era a los contrarios, pero que al que trabajaba no le tiraba. Conque yo, como lo dijo mira... Elías, pero ¿cuándo viene esa orden de que, tienes tú, que, que dices que segar que así, que asá. Conque dice, segar cuando sos dé la gana, me dijo. Conque lo seguemos, y luego vinieron eso... y los militares, ¡pobrecicos!, te ibas a segar y venían, no sabían... algunos llegaban descalzos, yo ya no sabía qué subir, llevaba una, cuando subía la comida, subía una carretada de pan y de todo. ¡Todo se lo comían! Pobres... Conque bueno, ya cuando acabemos, entonces había una, unas migajas de carabineros...
I: Digo, ¿y qué vais a hacer? ¿Cómo vais a bajar y subir?. Dice, sí con el señor cura... el cura veía poco, se sacó el carné mu[y] tarde, daba pena de ir con él, [RISAS] porque, esperando que te mate, porque... [RISAS]. Pero tú sabes, vais a bajar a la mañana, pronto no bajéis porque tendrá el cura frío y tú también, y... y los dos allí, y luego vendrís, sos vendrís aquí a comer, sos calentarís en la estufica, verís la tele, digo, y justo viene que... que no hacís nada de que bajéis. Dice, pues sí, sí... digo, ¿querís que, que haga una cosa?, digo, ¿qué?, digo, mira os voy a dar yo una comida desde el primer día, la comida del mediodía, de caliente, digo, y cogís un bocadillo o si querís más, pa[ra] segundo. ¡Qué más ibas hacer!, ¡qué vas a hacer, que no pongas algo!, ninguno casi cataba el bocadillo. Dice, ¡hombre!, si, si nus das tú de comer, ¡ya está!.
E: ¿Y ha venido gente de fuera a construirlo, o la gente de aquí del pueblo también...?
I: Han hecho, ha venido una... [CORTE] el otro día [CORTE]. Ahora, ahora como ha llovido no se siega... Esto es lo que hace... [CORTE].
E: Algo...
I: Pues así... la cosa, y, y... tiene que ver, pero eso hay que estar aquí, pues, nada... yo si hubie[r]a teni[d]o tiempo, hubie[r]a ido con vosotras a los sitios, por áhi, y sus hubie[r]a enseña[d]o en un par de horas todo.